Cartelera de Pasión

EL DESVÁN / Rafael Castillejo
Publicado en el suplemento "Artes & Letras" de Heraldo de Aragón


            Para quienes desde niños fuimos aficionados al cine, la Semana Santa nunca resultó ser tan aburrida y gris como se empeñan en proclamar algunos. Si en Domingo de Ramos, el simple hecho de estrenar algo con que salir a la calle como un pincel ya era bastante satisfactorio, echar un vistazo a la  cartelera especial que los periódicos anunciaban para los próximos días, podía convertirse en algo apasionante.

            Desde ese mismo domingo hasta el de Resurrección, las salas de cine aprovechaban para reponer películas de contenido histórico o religioso, ambientadas en su mayor parte en la antigua Roma o en el Egipto de los faraones.  En la recreación de esos temas  y ambientes, el cine norteamericano se llevaba la palma.  A su vez, la producción cinematográfica española competía dignamente presentando películas basadas, en su mayor parte, en la vida de santos que habían sido canonizados en tiempos más recientes.  En cualquiera de las dos ofertas podían encontrarse cintas que no importaba volver a ver las veces que fuera necesario porque no solo eran muy entretenidas sino que podían alcanzar la categoría de auténticas obras de arte.

            Tras el estreno en España de "Los Diez Mandamientos" y "Ben-Hur", en los años 1959 y 1961 respectivamente, la cartelera de Semana Santa adquirió tan alto nivel de calidad que provocó que las siguientes reposiciones llevadas a cabo durante toda la década de los sesenta no se limitaran a la exhibición de dichas películas solo por unos días, sino que llegaran a mantenerse en cartel durante semanas o meses, algo que igualmente podía suceder con otras anteriores como "Quo Vadis" y "La Túnica Sagrada" o con las posteriores "Barrabás" o "Rey de Reyes".

            Como decía anteriormente, frente a tan grandes producciones, el cine español hacía lo que buenamente podía para lograr un sitio entre aquellos impresionantes carteles de Semana Santa y sería injusto no recordar algunos títulos que llegaron a convertirse en grandes éxitos de taquilla, como "El beso de Judas", "Molokai, la isla maldita" o "Fray Escoba", aunque sin duda fue "Marcelino, pan y vino", dirigida por Ladislao Vajda en 1954 y protagonizada por Pablito Calvo, la que llegó incluso a ganar dos premios internacionales además de conseguir que la Editorial FHER publicara su correspondiente álbum de cromos coleccionables, hecho que solo ocurría cuando una película alcanzaba enorme popularidad entre los más jóvenes.

 

 

Rafael Castillejo - Zaragoza, 29 de marzo de 2018